No soy tu típica historia de éxito "nacido en cuna de oro". A los 16 años, el negocio familiar quebró, cambiando nuestras vidas de la noche a la mañana. Lo que siguió fue un viaje de transformación: desde crear una agencia de diseño web con mi hermano, hasta perder todo nuestro dinero en marketing tradicional, hasta finalmente descubrir el poder de las redes sociales.

¿El punto de inflexión? Un contrato de $50,000 de una startup valuada en $5.4 mil millones que nos contactó por mensajes de Instagram. Ese año, alcanzamos nuestro primer millón de dólares en ingresos.

Hoy, después de invertir más de $100,000 en educación y tecnología de IA, he desarrollado un sistema que combina la inteligencia artificial con estrategias de ventas probadas. Este sistema ha transformado no solo mi negocio, sino el de miles de emprendedores.